Ahora tú, ahora yo, ¿Quién quiere ser Presidente?

Que poco ha durado el patriotismo constitucional, la seriedad y la responsabilidad de la vieja política y del bipartidismo. El Sr. Rajoy que repitió hasta la saciedad aquello de España en serio, y ahora apela a la responsabilidad y al viejuno lema de “por España”, ha demostrado que son eslóganes y palabras huecas.

Algunos ya advertimos hace tiempo que hay que ser incrédulos y guardar las distancias de quienes acostumbran a cubrirse con banderas de patriotismo para hacer política, ya sea patriotismo constitucional o nacional de cualquier identidad.

Suelen ser esos mismos pseudo patriotas los que acaban metiendo mano en las arcas públicas, invirtiendo en paraísos fiscales para evitar pagar impuestos en su país y quienes a la menor ocasión anteponen sus intereses partidarios o particulares frente a la mayoría de la ciudadanía.

Ahora resulta que nadie quiere ser Presidente del Gobierno, mejor dicho, nadie quiere ser el primero en dar cuentas ante el parlamento. Que resulta ser ahora, el que refleja con más claridad la diversidad de nuestra estructura social y política.

El Sr. Rajoy declina ser designado porque dice no tener apoyos y el Sr. Sánchez declina también, hasta que no lo sea Rajoy y también porque hoy el Sr. Iglesias le pilla con mal cuerpo.

En unas instituciones democráticas y con unos medios de comunicación, alejados del periodismo de trinchera, hubiese planteado a Rajoy y a Sánchez, donde dice y donde pone que la primera investidura le corresponde al partido más votado.  Ni hay artículo que lo diga, ni hay doctrina que lo corrobore, ni siquiera hay costumbre ni antecedentes que lo presupongan. Ni siquiera debiera sugerirse como principio moral o ético en una monarquía parlamentaria que se rige por principios distintos al de una República Presidencialista en cuanto a legitimidades y división de poderes.

En la actual Constitución, a los diputados los elige el pueblo y al Presidente del Gobierno lo eligen los diputados que además no tiene ni por qué serlo. Resulta de escasa ética política que el Sr. Rajoy y el Sr. Sánchez que conocen tal circunstancia, quieran ser presidentes y apelen a esta cuestión de la lista más votada como si estuviésemos en una República presidencialista al estilo francés, engañando de forma deliberada a la mayoría de la ciudadanía española que no tiene por qué conocer los procedimientos de elección de los cargos públicos.

De nuevo el papel del Rey como Jefe de Estado ha quedado en entredicho, ya que, aun gozando de cierto margen de discrecionalidad a la hora de proponer candidato a Presidente, en función de los apoyos expresados, ha preferido ponerse al servicio del tacticismo de la vieja política.

El Sr. Felipe de Borbón sabe de matemáticas y si tras realizar las consultas con todos los líderes políticos, el Sr. Sánchez tenía más apoyos que el Sr. Rajoy, tenía que haberlo propuesto directamente y nunca al Sr. Rajoy.

Pero si el Jefe del Estado hubiese entendido que no era suficiente un apoyo de esas características y que necesitaba tener la aceptación expresa también del Sr. Sánchez de su disponibilidad, entonces no debería haber propuesto a nadie y establecer una nueva ronda de consultas sin más.

Con la propuesta inicial del Rey al Sr. Rajoy se ha saltado las más elementales reglas del parlamentarismo español tal como está configurado constitucionalmente proponiendo deliberadamente a un candidato que no gozaba a priori de los apoyos necesarios.

¿Pueden imaginarse que el Sr. Sánchez hubiese dicho que sí estaba por la labor del pacto con Iglesias y aun así se hubiese propuesto al Sr. Rajoy? La crisis institucional hubiese estado servida.

No fue así, a mí al menos me suena a cierto pacto tácito, a pesar del ruido mediático y del teatro de las élites políticas del PP y del PSOE, de lo contrario flaco favor le han hecho a la institución monárquica que tanto dicen defender.

En cualquier caso, al Sr. Sánchez y al PSOE, le ha estallado antes de lo esperado su tacticismo político inicial. A mi entender la letra grande y la letra pequeña de los discursos de unos y de otros, y sus sutilezas pretenden convencer, lo que parece hasta cierto punto como inevitable y es que PSOE, Ciudadanos y el PP acabarán de una forma u otra pactando o llevándonos a nuevas elecciones según indiquen en su momento los sondeos y por lo tanto el juego no es otro que, en uno y otro caso, responsabilizar de este juego a Podemos, a las confluencias y al resto de partidos que no están en ese juego político.

Esa es la única razón de todo este juego táctico del Sr. Rajoy y el Sr. Sánchez y esa es la razón por la que se ha desdibujado toda una crisis institucional en toda regla con la connivencia del Jefe del Estado.


¿Por cierto en qué artículo dice que la primera investidura le corresponde al Partido más votado? ¿Hemos cambiado de sistema electoral? ¿Y la constitución cuando se ha reformado? Al menos el artículo 135 de la CE, aunque con alevosía y nocturnidad acabamos enterándonos de su reforma. Lo de reconvertirnos en un régimen presidencialista no lo he visto en el BOE.

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