EL ALCALDE, LOS EXCREMENTOS Y LA POLICÍA DE BARRIO

El Sr. César Asencio lleva meses haciendo campaña electoral. Todo lo que no ha hecho en toda la legislatura lo quiere hace en cuatro meses.
Todas aquellas críticas de los vecinos y vecinas en estos cuatro años quieren resolverlos en este año electoral. Así es el Sr. César Asencio y así es su forma de entender un gobierno y de entender la política.
Los ciudadanos necesitan que se les atiendan y que se resuelvan sus problemas o al menos se les encauce desde el primer día y todos los días cada año.
Ahora crea un debate que parece habérsele escapado a su control cuando su verdadera intención era poner en marcha una medida populista y llevarse votos a “la saca”.
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Y entonces propone el CSI Canino como lo llama algún medio de comunicación. Ya les anticipo que fuera de Crevillent los comentarios son más bien jocosos y de las pocas reflexiones serias escuchadas, fuera de los chistes y chascarrillos, es que si en este pueblo no hay prioridades más importantes que atender.
Hasta hace pocos meses el propio Sr. César Asencio en sesión plenaria afirmó con rotundidad que se sentía impotente para resolver el problema de suciedad y sanitario que provocaba los excrementos de perros en la vía pública, e incluso pidió la colaboración de la oposición en este asunto. Todo fue un farol ya que a las pocas semanas presenté una moción al Pleno con el ánimo de realizar una campaña educativa y estudiar la elaboración de varios parques caninos. Y el PP con su Alcalde a la cabeza, despachó el asunto en tres minutos.
Que el asunto de los excrementos de los perros se está convirtiendo en un problema higiénico y sanitario es cierto. Igual que es cierto que este Gobierno poco o nada ha hecho en cuatro años. Desapareció la moto verde encargada de recoger estos excrementos cuando la empresa de limpieza estaba obligada contractualmente, y qué hizo este Gobierno: poner excusas y defender los intereses de la empresa contratada.
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Ahora quiere aparecer el Sr. César Asencio como que ha hecho mucho por este tema y no ha tenido resultado, algo que es incierto y visible. Poner unos cartelitos en parterres de algunos parques no puede tener el calificativo de “mucho”, más bien de irrelevante.
Parece que el Sr. César Asencio y el Sr. Moya no paran de hacer declaraciones de todos los gustos, con rectificaciones y contradicciones incluidas en un intento de apaciguar la controversia generada por ellos mismos.
Lo último es afirmar que implantar la Policía de Barrio no resuelve el problema y hay que pagar horas extras. Parece mentira que después de veinte años gobernando aún no sepan que es exactamente una policía de barrio o qué se quiere decir con ello.
Entre otros reproches uno que se le hace a la policía local por la población, es que no se patean la calle, no se pasean por sus calles, plazas y parques. Y que no bajan del coche. Necesitamos una policía próxima al vecino y cercano. No dice ninguna ley ni es obligatorio que la policía tenga que ir siempre en coche y esa es responsabilidad exclusiva de la Jefatura Superior de la Policía que recae en el propio Alcalde.
La Policía de Barrio, por supuesto no está para detectar dónde están los excrementos y sólo para multar las actitudes incívicas, que sin duda también las hay. También está para ayudar, informar y disuadir y proporcionar seguridad preventiva, cuestiones estas últimas que no se consiguen de forma más eficaz dentro de un coche.
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Y lo de las horas extras que costará que los agentes vayan a pie, según dice el Sr. Moya, no deja de ser una expresión de quien no sabe cómo se organiza un servicio y cuáles deben ser sus objetivos y sus prioridades. Lo fácil es hacer lo de siempre echarles la culpa a los demás, sean los vecinos, los sindicatos policiales, la oposición, los técnicos, etc. Y por supuesto no asumir nunca su responsabilidad e incluso negarse en varias ocasiones, a que el Jefe de la Policía Local asista a la Comisión de Régimen Interior a dar explicaciones sobre algunas cuestiones que le afectan.
Por otro lado, ya no hay quién se aclare sobre el coste de la medida, primero que valía 120 euros y que lo pagaban sólo los dueños y después 27 €, y otra cantidad sin concretar que lo asume el Ayuntamiento, o sea todos. Ya veremos a cuanto sale y quien es el pagano. Y si ese precio es como los móviles, el primer año y después se acabó la oferta.
Si se hubiese pensado menos en ganar elecciones y más en ejercer su responsabilidad, lo primero que el Alcalde debería haber hecho hace ya tiempo es llevar a discusión un proyecto a la comisión pertinente, donde todos los grupos, los técnicos municipales, las asociaciones de vecinos y la participación de técnicos de otros municipios con experiencias propias, hubiesen buscado y encontrado distintas soluciones para encauzar este asunto. A sabiendas que no existen milagros, ni soluciones mágicas.
Ninguna medida es descartable, ni la que se ha planteado, pero es más profesional estudiar primero otras alternativas y dejar la coercitiva y recaudatoria para el final, y siempre bien estudiada. Esta medida que se ha querido presentar como novedosa, se ha planteado en otras ciudades y con resultados, hasta el momento discutible entre otras razones por que llevan poco tiempo puesto en marcha, como ha sido el caso de Hernani gobernada por Bildu o Xativa, el PP.

Pero ya hay cosas que no tienen arreglo, los vicios y las inercias de veinte años de gobierno hacen imposible cambiar mentalidades y vicios personalistas.

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